Una de las cosas que más me producen gases es la injusticia. En todas sus formas y clases. La injusticia no solo hace pagar a justos por pecadores sino que además permite salir airosos a personajes despreciables que no sobrevivirían por sí mismos en un entorno real de "derecho". En España, ese país del quiero y no puedo, publican los medios un nuevo caso de
Quien expresa a la perfección como se te queda el cuerpo ante un elemento así es Rosa Mª Artal, periodista y hub de redes sociales en su blog El Periscopio que sugiero sea visitado. De su implacable visión de los hechos quisiera destacar un par de párrafos:
Los peritos de Hacienda analizaron 17.000 operaciones económicas de Fabra. Las cuatro veces que dijo le había tocado la lotería en 5 años, estarían justificadas como ingresos, no así esos casi 4 millones de euros.
Los magistrados no discuten que los supuestos delitos se hayan cometido.
En 7 años desde que se iniciara la causa, han evitado tener que enjuiciar a Fabra 9 jueces y 4 fiscales, lo que fue dilatando el proceso. Finalmente tomó el caso un juez novato, a la sazón hijo de un dirigente histórico del PP castellonense.
El PP ha homenajeado recientemente a Fabra. Y un aeropuerto, a menos de media hora del ubicado en Valencia, contará con una estatua de 24 metros dedicada al insigne protector de Castellón.
De verdad que lo tengo crudo para aplacar mis queridos gases. Cosas como estas me doblan de vergüenza ajena. Y mientras, la masa ciudadana hace de eso, de masa.
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