Aunque me gusta el fútbol como deporte nunca me dejé llevar por la pasión desmedida hacia ningún equipo. Descubrí hace tiempo la espectacular manipulación emocional de los intereses económicos que hay detrás de este circo mediático, era demasiado peligrosa aparte de estéril, y que cada semana se suceden peleas "entre pobres", curritos anónimos que se identifican con la última majadería escupida por su leader de turno y que no duda en romperse la crisma con cualquiera que no esté de acuerdo con él.
Mourinho, el carisimo y de momento entrenador del Real Madrid es un provocador nato. Un exponente claro del mal hacer y peor perder. Más allá de su habilidad técnica, su agrio y rencoroso carácter le impide experimentar la sana humildad de la autocrítica. Y eso se traduce en culpar siempre a los demás de cualquier cosa que no le resulte a su favor. Mala praxis. El club blanco hace mucho tiempo que no acierta a dar con un representante a la altura de su historia. A este paso dejará de ser un "grande" para convertirse en un club "normalito". Lo que está claro para mi es que si sigue apostando por estrellas más que por personas maduras acabará siendo un equipo de aire infantil, de tangana dominguera.
Quiero acabar con algo de humor. El sentido del humor no es solo símbolo de inteligencia sinó que además resulta muy beneficioso para la salud. Si Mou lo pusiera más en práctica...
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